Y El Zeta hace coros
Pues como si se hubieran puesto de acuerdo, ahora el semanario
Zeta publica como haciéndole coros al
Frontera, un artículo "doble plana" que se titula
"¡Las Otras!", Comienza con un relato sobre los viejos tiempos cuando su director era joven y podía salir a la calle sin la necesidad de un convoy del ejército a tomarse un jaibol con palomitas en un bar estilo hawaiano (sin comentarios), para continuar con la narración de cuatro o cinco casos en los que el alcohol ha sido el culpable de varias muertes y accidentes. Cosa con la que estoy de acuerdo, pero no con el estilo de redacción tipo
Alarma (Violola, Matola, Enterrola) con la que que siempre escribe y adivina el futuro e inventa el pasado, el conocido director del
Zeta.
Parece que los directores del
Frontera y el
Zeta llegaron a un acuerdo sobre la inmoralidad que significa el beber alcohol y sobre la necesidad de dar una nueva imagen a la ciudad que algún día los recibió sin preguntar sus pecados, y para este fin, han iniciado su pequeña campaña mediática.
Por su parte,
Blancornelas en el artículo que hoy leo, después de contarnos con nostalgia sus mejores otros tiempos y después de querernos dar una lección de moral, espanto y tragedia, remata el poco orginal artículo (
Frontera lo hizo antes) con su peculiar estilo de neologismos pueblerinos, diciendo: "
Y los gobiernos panistas sueltan mas permisos a emborrachadurías(sic) con horas extra". Háganme el chingado favor!
Yo creo que la vejez enblandece, amarga y hace perder la memoria de algunos. Son incapacez de recordar lo intenso, divertido y estimulante que puede ser desvelarse en una cantina y echarse unos tragos, mientras escuchas una rocola (con música hawainana para
Blancornelas, por favor), sin molestar a nadie.
Estoy conciente del peligro que son los que manejan en estado de embriaguez, pero no por ellos se deben de cerrar las cantinas más temprano o por siempre (como parece sugerir el artículo).Y mucho menos se debe culpar a los cantineros por el alcoholismo de los clientes, como sugiere y ejemplifica
Blancornelas. Eso es simplemente, una estupidez de quién ya la vivió y no quiere que los demás la vivan..
En Europa la noche comienza a la media noche y termina en la mañana del siguiente día, acá se asustan porque a los bares les otorgan, cobrándoles por cierto, horas "extras" para cerrar a la tres o cuatro de la mañana. No cabe duda que todavía tenemos mentalidad de pueblerinos.
Si los dos principales medios de comunicación escrita de la ciudad siguen de mujigatos, sobre todo el
Zeta que hasta uno de sus co-directores pugnó a favor de la prohibición de los corridos norteños que llaman "prohibidos", porque según esto, hacían una apología del crimen organizado (y la libertad de expresión dónde la dejan?) y si el
Frontera sigue con su campaña anti-alcohol, mientras el
Zeta le hace segunda, creo que esta ciudad ya no volverá a ser nunca la ciudad que tanto nos fascina..
Pero yo no me pienso ir, mejor que se vayan ellos. Yo soy de aquí y aquí me pienso morir, y espero que cuando esto suceda,
Tijuana siga siendo esta ciudad-mito
open minded que tan intensamente me ha enseñado a vivir.
Y aunque siempre he recibido bien a los que llegan de afuera, sus opiniones y su presencia casi siempre han sido estimulantes a mi vida, me gustaría mandar con una patada en el trasero a estos dos directores a sus respectivos pueblos conservadores, alomejor allí se encuentran con un lugar sin corridos, sin alcohol, sin cantinas y sin la prosititución que tanto les molesta.
Ah! porque la semana pasada el
Zeta, en otro ultraderechista y recatado "doble plana", proponía la expropiación de los terrenos de la
Zona Norte de Tijuana!!!!, ese lugar de vicios que tanto ofende a las buenas conciencias; ese asqueroso lugar de putas y vagos que tanto mancha la bella imagen de nuestra ciudad modelo.
Lo que no me explico es que si estos dos personajes del mundo editorial, siempre han detestado todo eso -la música prohibida, las cantinas, las prostitutas-, pues para qué vinieron? A poco no se habían enterado que
Tijuana ha sido históricamente famosa, precisamente por su música (rock, norteña, y ahora electrónica), sus cantinas, sus prostitutas y hubo un tiempo que hasta por las apuestas de casinos, galgos y caballos. Pues qué hacen acá? Mejor lárguense y publiquen sus periódicos en en algún pueblo de
Sonorita o
San Luis Postosí, allí su jefe de redacción puede ser el párroco local y ya déjennos a nosotros vivir hedonistamente nuestra vida de vicio y perdición.
Qué me sirvan
Las Otras que quiero vivir en un
Río de Alcohol!
Con los títulos de sus encabezados, sólo se me ocurre hacer una canción norteña, que ojalá y sea prohibida.
PS: En otra parte del moralizante artículo del
Zeta, aparece en negritas la siguiente oración:
"
Cualquiera sabe dónde se embriagan más los jóvenes hasta embrutecerse" (no comments).