sábado, noviembre 30, 2002

Ya ya ya! , al diablo con lo rockeros.

Panorama y Luomo

Hoy sabadito believe it or not, voy a un baby shower o más bien a un simulacro de baby shower que seguramente incluirá buena comida, buena bebida y brownies con truco. Me la he pasado escuchando electrónica colombiana de primer factura a cargo de Panorama y a ratos lo combino con ese disco que no he podido dejar de escuchar que se llama Vocal city de Luomo. Ahora que lo pienso me gustaría que Panorama tuviera algo de Luomo (o al reves?) creo que sería interesante.

Nos vemos luego, vamos a festejar a Sol.
P.G.

viernes, noviembre 29, 2002

5pm tijuanita blog

En el pais de Andrés Caicedo

"de seguro te han de estar cayendo un montón de viejas, verdad?"
Eso me dijo mirándome a los ojos mientras su cara esbozaba una sonrisa que iba de la ternura a la lujuria en menos de dos segundos.
Yo dejé de platicar con la reportera que se parecía a Andrea Echeverri y me quedé mirándola consternadamente sorprendido ante tan sensual atrevimiento, sólo para escuchar la segunda parte de su valiente introducción: "pues no me importa, porque a mí me gustas".
Obviamente, con ese fulminante aguijonazo verbal, no pude hacer otra cosa sino jalarla de la cintura y acercar su cuerpo al mio.
Pasaron menos de 2 minutos y mis manos ya jugaban con sus nalgas y yo me sentía como todo un Casanova post/electronic super star, ante la mirada atónita pero aprobatoria de mis acompañantes de viaje.
Somos unos exhibicionistas de tercera, no se qué me excitaba más, si la chica, o el hecho de que me vieran.
Le ofrecí una cerveza y ella aceptó con esa misma sonrisa que momentos antes me había hecho caer rendido ante lo que los gringos llaman pick up line (malditas palabras),
estiré la mano hacia la barra y ordené dos cervezas, después de todo nos las daban gratis y yo me sentía radiante esa noche,
Al dar la media vuelta para entregarle la Heineken tipo cahuama que venden en el club La Sala, ella se besaba apasionadamente con otra chica.
Yo no sabía si llorar o aplaudir, si hacer un zoom y quedarme allí como un voyeour o dar la media vuelta y buscar a una mujer decente, como diría mi madre.
Lo radiante y lo cool se me esfumaron, me sentí como un disco de vinilo rayado, atorado en el mismo surco, tocando tres notas que brincan una y otra vez, una y otra vez, una y otra vez.
Lo uncool se apoderó de mi, necesitaba tiempo, volví mi mirada a la barra y le pregunté a la reportera clon de la aterciopelada
qué donde estaba su chico, era una pregunta estúpida que de verdad no me interesaba en lo m'as mínimo la respuesta, pero quizá me daría el tiempo que necesitaba para saber que hacer con la bella bisexualita, o por lo menos que decir.
Sinembargo, la respuesta de la reportera fue otro golpe de perplejidad ante mi asombro norteño: "mi chico fue al baño a meterse coca, si quieres me avisas" Y en este momento me sentí como Condorito al final del cuento haciendo PLUF!
Por un lado estaba yo flanqueado por una bella bisexualita en arrebatado goce carnal con otra chica y por el otro , por una comprensiva reportera que me indicaba que su novio se estaba dando un pasón de coca, como quién avisa que fue al Oxxo por la leche. Por qué las mujeres no son tan comprensivas en México?
Ahora sí se cumplía la mala prensa, el sueño de TV Azteca: sexo, drogas y música electrónica.

Yo lo único que pude (y supe) hacer es seguir tomando mi cahuama europea y esperar a que el escenario cambiara. Después de que la punkita dejó de besar a mi chica (puro idealismo platónico), yo me acerqué a las dos y hasta pedí una cerveza más para la tercera en discordia, que por cierto un día antes nos había paseado por todo Bogotá. De haber sabido que me iba a dar baje, mejor hubiera tomado un taxy.
La chica del cabello azul se fue y yo me quedé con la bella bisexualita, ella no dió explicaciones de nada (por qué las iba a dar?) y yo no se las pedí y finjí como si eso lo viera todas las noches. Bailamos un poco del Deep House que tocaba la DJ Camila y nos escondimos un rato tras la barra mientras mis manos no soltaban su cintura, pero en lugar de besarla y tratar de acariciar su cuerpo, por un extraño impulso que aún no comprendo, yo comencé a decirle lo mucho que me habían emocionado sus palabras - la seducción de las palabras diría Grijelmo- y ante su cara de desconcierto proseguí con el discurso sobre mi fascinación de la lengua, desafortuandamente no era la de mi boca, sino la lengua española.
Después del académico monólogo sobre lo bello que es el lenguaje y el idioma español , ella me convidó a volver a la pista y bailar otro poco. Hice como que bailaba y luego me perdí en La Sala.
Al final de la noche me reencontré con ella y con la punkita agarradas de la mano y al ir a despedirme, las dos me miraron con una sonrisa compartida mientras al unísono me decían: quédate, quédate.
El hubiera no exite y cualquier posibilidad no es más que una suposición.
Caminé hacia la puerta de salida y después de un narco incidente tipo anécdota de Blancornelas, en la calle 14A tomé un taxy hacia el Hotel Bacata. Y al llegar al cuarto y ver la cama vacía imaginé que éramos tres.

Hoy vi al grupo chileno Los Prisioneros por televisión y me recordé en el 86 vestido de negro, con creepers rojos, el pelo pintado y las uñas negras también (como el Yépez hace 15 meses). Estaba sentado en la sala de casa de Tania, mientras leía el Psyco-Candy y escuchábamos Latinoamérica es un pueblo al sur de E.E.U.U. en aquel programa de radio del Tecnológico de Tijuana que se llamaba Sintonía Pop.
Ay les encargo que le avisen a la More FM que Los Prisioneros estan tocando de nuevo al más puro estilo Menudo por pura melancolía (o dinero?), no vayan a pensar que son un grupo nuevo.

Las palabras mienten, la música no (ni la de los aereopuertos).

Y esta noche he sido "indecentemente feliz"...

"La vida es llena de cables, así vivo yo" Los Samplers

NOCHES DE MESONES ELECTRONICOS

¿Por qué la vida siempre tan repleta de laberintos?

A veces creo que nos estamos acostumbrando a la idea de que la
distancia más cercana entre dos puntos ya no es una línea recta, sino mil vueltas.
Siempre la irrealidad más real que la realidad.
Queda poco por creer cuando la duda siempre marca nuestros pasos,
cuando está presente en cada mirada, en cada sombra,
en cada recuerdo que pasa cerca de nosotros fingiendo que nos toca la espalda.
Sin darnos cuenta, vivimos en círculos concéntricos
y para nuestra desgracia, muchos de nosotros nos quedamos bailando a ritmos lentos sobre el primer anillo.
Después de la música aparecen los cuerpos bailando.
Sinembargo, yo prefiero pasar mis noches lejos de las bocinas, observando los letreros luminosos
y reacomodando sus vocales.
Con su peculiar tipografía, imagino nuevas palabras que no registran aún los diccionarios:
Jeluo, Prucuedi, Ceyitu, Bendu.

Las luces siempre pulen la imaginación y a veces hasta la soledad y las decepciones.
No hay dolor demasiado fuerte que mil watts no hagan olvidar.
Para nuestro infortunio después de la intensa luminosidad llega por factura el encandilamiento
y aparece la imperiosa necesidad de cerrar los ojos y verlo todo más oscuro que antes.
Apunto la mirada hacia adentro, veo las manos que se tocan, los cuerpos que se juntan,
las risas que fingen divertirse e imagino que soy yo,
mientras permanezco estático, inmóvil y deslumbrado
como la presa ante el cazador de luces.

Vuelvo a la (ir)realidad mientras camino hacia la barra,
me saluda gente que pensé que me odiaba,
después una chica me cuenta que su hermana está en una isla semi-desierta
que por casualidad yo conozco y me dice que la próxima vez que vaya le avise
para llevar algunos encargos de la civilización moderna
y yo pienso en lip sticks y en paletas de bombón con cara de payaso.
Alcanzo a escuchar al último DJ que toca música inefable y me dispongo a apagar la luz
y a esperar a que todos salgan del mesón electrónico.
Ahora soy el que cierra la puerta y el que apaga la luz, literalmente.
Cuando todos salen, doy vuelta al cerrojo y camino hacia la calle,
vuelvo a ver los mismos letreros luminosos
y comienzo a sustitiur sus vocales de nuevo
y viajo hacia el amanecer
recordando mis nuevas palabras:
Bindo Lomen, Misece Gripuri, Mesoce Nirtiñe.

El día sale y yo me encierro dispuesto a leer mensajes de desconocidos en el internet
para descansar un poco y así poder compartir mis soledades con otros.

Todos por lo menos somos dos (decía Borges) y yo ya perdí la cuenta.
Mi vecino es un idiota que no sabe que a su chica se la folla otro
y yo aquí encerrado entre cables, acompañado de ruidos para creer que estoy vivo.
Si los dioses aman a aquellos que mueren jóvenes,
entonces creo que a mí ya me estan empezando a dejar de querer.
A veces me siento más viejo que mi viejo y eso que él ya está muerto.
Mientras pruebo una nueva mezcla de una canción vieja,
leo mensajes que no entiendo del todo,
veo palabras nuevas que mi diccionario a'un no contempla.
He abortado viejos e-groups o quizá ellos me han abortado a mí.
Pertenecer a una nueva lista es como cambiar de familia,
es sentirse huérfano por unos días y luego mandar todo al diablo
cuando empezabas a disfrutar de la compañia.
Como a Pessoa
creo que cuando me quité la máscara también la tenía pegada a la cara
y no pude sino seguir viviendo con ella.........................

jueves, noviembre 28, 2002

"...I want to be part of it New York, New York"

Despu'es de aquella cancelaci'on del concierto de año nuevo, por fin toqu'e en Nueva York
y de paso comprend'i la raz'on por la cual esta ciudad ha cambiado tantas conciencias.
Despu'es de tantas pel'iculas, despu'es de tantos libros, por fin pude subir a un taxi amarillo (los cuales transitan como hormigas por cada rinc'on) y decir: take me to Time Square.

La energ'ia de la ciudad es inverosimil: edificios que parecen montañas, taxis, puentes colgantes, t'uneles bajo el agua,
mujeres que van y vienen como en pasarela, vapor de las alcantarillas, luces que iluminan cuerpos enteros,
anuncios que se mueven, todo es grande o m'as bien gigante.
La ciudad moderna, la metr'opolis, el sueño (o la pesadilla) de Fritz Lang corre y nadie la podr'a calmar.
La ciudad indomable recorre la imaginaci'on y marca el beat de todas las piernas que por all'i deambulan, incluyendo las m'ias.
Uno, dos, tres, miente el que finge que todo es normal y que no pasa nada..Uno , dos, tres, siempre habr'a marcha en Nueva York.
El siglo XX fabricado por encargo. La selva de concreto (lugar com'un pero verdadero).
Ya no hay tiempo , he pasado demasiadas horas mirando hacia arriba de reojo para que nadie se de cuenta de que soy turista,
aunque mi camarita digital me delate. Ya no puedo m'as, tengo que aceptar lo inevitable, soy un maldito turista en Nueva York.
Veo, corro, me sorprendo, vuelvo a ver, compro, me dentengo un instante, pregunto la hora y me doy cuenta que es hora de volver al hotel,
all'i justo enfrente de lo que fueron las torres gemelas.
Paso frente a ese hueco que se abre entre edificios gigantes y que ahora llaman Ground Zero
y tengo la necesidad impulsiva de guardar ese recuerdo en una foto y por en'esima vez me siento como un simple y perplejo turista en Manhatan.
Pero al fin de cuentas Qui'en no lo es? Habr'a algui'en quiz'a, que se atreva a decir que esta ciudad superlativa le pertenece? No lo creo.
Ni Woody Alley, ni Scorcesse, ni Lorca, ni Bernad Shaw, ni John Gotty, ni Frank Sinatra, ni Wharhol, ni Cage.
Esta ciudad devora todos los egos y hace suyas todas las ideas brillantes.
Nunca habr'a talento m'as grande que Broadway, ni inspiraci'on m'as sublime que Central Park

Camino tras lo pasos de Hector Lavoe y de Afrika Bambaataa y me pregunto
si la m'usica que yo hago lograr'a provocar alguna reacci'on en la ciudad donde el asombro es el amanecer de todos los d'ias.
Atravieso Central Park y llego a la quinta avenida buscando la calle 89 donde me dicen que se encuentra el Guggenhein.
Entro al circular encuentro con la modernidad del arte y recuerdo a todos los "aritistas multidiscipinarios" de mi ciudad chiquita
y pienso en la Casa de la Cultura en la Altamira y en la Galer'ia del antiguo palacio municipal y sonrio ante tanta ingenuidad.
Pido un pretzel gigante(como todo en esta ciudad) y me siento en el lobby del Guggenheim a mirar la c'upula que est'a sobre mi cabeza
y pienso que a Carlitos Guti'errez le gustar'ia vivir por aqu'i cerca y comprar en Avenue of the Americas toda su ropa,
para cuando le pregunten, en d'onde compraste esos zapatos, poder decir: los compr' e en Nueva York,
mientras su yo interno dice: donde t'u nunca podr'as ir pinche naco.
Recuerdo tambi'en a los que huyeron del supuesto veloz ritmo de nuestra Ciudad T para "escapar del mundanal ruido"
y se establecieron en lugares donde la noche es solo un evento natural y la hora de dormir.
Y pienso si el estar aqu'i en lugar de fascinaci'on les provocar'ia ganas de tirarse del Brooklin Bridge.
Y al imaginarlos creo que yo en 30 años alomejor vivir'e como ellos,
alejado de todo y de todos, con una crecida barba blanca comiendo truchas
y seduciendo a las lugareñas con extraordinarias historias.

La vida corre y el d'ia tiene 24 horas en todos los lugares del planeta,
pero en Nueva York las horas son tatuajes rojos en el cuerpo,
los ojos son dos vitrinas que reflejan anuncios espectaculares,
y la energ'ia de estar vivo se encuentra tan solo con levantar la mirada.



eXTReMe Tracker