Cosas de la infancia

Además de las canciones de Camilo Sesto y de los Beatles que escuchaba mi madre. De un perro de nombre Tarzán, callejero y fiel como pocos y de una docena de gatos que en distintos momentos habitaron mi infancia, entre los más célebres, La Petus, El P.I.L y La Negrús; algunos objetos me devuelven a mi infancia: una foto en la que sujeto a mi hermano de poco menos de dos años en la alfombra de la recámara, una foto en columpio con mi madre, una foto con unos tenis tipo converse con las agujetas entrecruzadas, que un fotógrafo profesional decidió tomarme mientras jugaba en un terreno baldío frente a mi casa. Todas esas cosas visuales me remiten a mi infancia, sin embargo, ciertos olores y sabores me hacen casi casi vivirla de nuevo. Hace rato fui a un Oxxo por Coca Colas Light (ya no soporto el sabor azucarado de las normales) y en los anaqueles vi que vendían Gerbers. Tomé dos sabor a plátano, como en mi infancia. Agarré una pequeña cuchara, al igual que hacía aquellos dias y los disfruté como si tuviera cuatro años de nuevo.
Si por mi fuera, me compraba de una vez una lata de La Lechera y la vertía sobre dos plátanos pelados. Desafortunadamente la edad da y quita cosas. Y con estos achaques maduros de la intolerancia a la lactosa, ese será un gusto que jamás volveré a probar.

Ya sólo me restaría decir: Where's My Mommy?...