Neologismos:

No he podido dejar de pensar en el neologismo del Blancornelas para referirse a esos inmorales centros de vicio e insanas costumbres que todos llamamos cantinas o bares, pero él decidió llamarlos: emborrachadurías.

He llegado a la conclusión de para inventar neologismos se debe ser elegante, moderno o por lo menos gracioso.
Lástima, hay gente como él, que simplemente no se le da.