jueves, abril 10, 2003

Una frase:

Hoy me dijeron que pensaban que mi relación con las mujeres era complicada. La verdad creo que casi cualquier relación con una mujer es complicada, desde la que tengo con mi madre, hasta la de la señora que le compro los burritos de frijoles y mashaca (así dice) por las mañanas. Nunca es dócil a primera instancia, el trato con las féminas. Quiero decir, no nadamos con la corriente a favor, pero casi siempre sabemos negociar y terminamos en nado sincronizado, salvo uno que otro caso en que he preferido irme de muertito hasta la orilla
Siempre hay nudos por deshacer, pero como todo buen niño clasemediero, fui boy scout (sí, con shortcitos y todo) y allí me enseñaron las exóticas artes de hacer y deshacer nudos.
Afortunadamente, en mi tropa de niños solamente, no me enseñaron de des-nudos, porque entonces ya estaría yo buscando un norteño y no una norteña.

Afortunamente, no puedo decir lo mismo de mis relaciones pasionales con lo femenino, muchas de las cosas que realmente aprecio en la vida son femeninas. Desde nuestro primer encuentro, desarrollamos una íntima relación que aunque no exclusiva, sí muy amorosa e intensa, en la que hemos sabido ir cultivando día con día el arte de la novedad, el descubrimiento y la sensualidad extrema, a la vez que enterramos el posible fantasma de la monotonía que casi cualquier relación trae consigo. Ejemplos de mis amoríos duraderos con lo femenino son:
la música, la literatura, la tecnología, las cervezas, las conversaciones intensas, las sonrisas, las cajas de ritmos y un millón de "las" que ahora mismo no recuerdo pero que sé que me encantan.

La luna siempre será un amor difícil decía Crosthwaite y yo digo que también las mujeres.

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