martes, mayo 31, 2005

Nine Inch Nails o Tijuana también es México

La prensa mexicana de espectáculos no se informa. He leído y escuchado el día de hoy que la legendaria banda electro-industrial Nine Inch Nails se presentará por primera vez en México. Mentira!
Quizá sea la primera vez que se presenta en la ciudad de México y sus alrededores, pero Nine Inch Nails ya estuvo antes en México.
El 3 de febrero de 1991 se presentó en Tijuana en el más mítico de todos los puntos de conciertos que ha tenido esta ciudad: El Iguanas.
Tocaron todo el material de su primer disco el Pretty Hate Machine, un disco que sin duda marca el antes y el después de la música industrial. Fue una maravillosa noche con Trent Reznor cantando enfundado en un zarape.

Hoy me entero que 14 años después del inolvidable concierto en Tijuana, Nine Inch Nails tocará por primera vez en ciudad de México...

lunes, mayo 30, 2005

Lo escuché en una plática entre melómanos:

Ya no puedo seguir platicando contigo de música mexicana si no sabes quién es Esquivel.
Y mis carcajadas no pararon en horas...

Si tu quieres saber quién fue Juan García Esquivel, visita:
ESQUIVEL

sábado, mayo 28, 2005

J.P. Gorin




J.P. Gorin es un cineasta francés que entre otras cosas, co-dirigió varias películas con Jean Luc Godard. Hace unos meses conocí a J.P., bebimos algunas botellas de vino, platicamos de nuestras pasiones e hicimos planes para colaborar juntos en alguna de sus películas futuras. Las agendas de ambos no han concordado, pero espero aterrizar el plan de trabajar con él, en las próximas semanas.




*foto de J.P Gorin en su visita a Tijuana.

making plans


Dos semanas de planes. Me la he pasado diseñado teóricamente el concierto de presentación del disco de nortec en Tijuana y es por eso que he estado un poco ausente del blog. Decenas de ideas faltan todavía por aterrizar, pero de concretarse la mitad de ellas, creo que tendremos un concierto memorable.

Además del concierto de nortec, estoy comenzando las sesiones del disco de Hiperboreal que espero tenerlo listo para fin de año. Citas pendientes con la posible cantante y establecer dias de trabajo con la tambora son pendientes que tengo que resolver la próxima semana.

Hoy soy el hombre de los planes, sólo espero que mañana sea el hombre de los resultados concretos.
Lo único malo de tener una gran idea, es no aterrizarla.
Tengo amigos con grandes ideas que a la vuelta de los años, siguen afinando esa gran idea, pero nunca la aterrizan. Ya cuando me la platican por enésima vez, tiendo a no escuchar con demasiada atención...

miércoles, mayo 18, 2005

star wars





Cuantos geeks como este acudirán hoy al cine a ver el más reciente capítulo de Star Wars?

viernes, mayo 13, 2005

de revistas musicales y poetas nuevos (para mi).

Todo suena a calma o más bien nada suena hoy. Ayer sentí que me moría y todo por dos malditos chiles rellenos. Ya no aguanto nada, caray!
Cosa rara, pero ya son las tres y veinte y no he puesto música en el cd player ni en la computadora. Tampoco me he puesto a trabajar canciones. Decidí ponerme a leer parte de la colección completa que me regalaron de la revista española Zona De Obras. Confirmo una vez más que en cuanto a crítica musical y organización, todavía nos falta un millón de años luz para llegar a España. Qué decir de revistas como la desaparecida Ajoblanco, la Rock Deluxe, la Go, la Serie B. Vivimos en el desierto editorial en cuanto a música y cultura se refiere.
Después de hacer música y escuchar música, lo que más disfruto es leer sobre música. Parece una obesión y lo es, pero para qué rechazar lo que te hace feliz. Si todas mis adicciones fueran tan positivas, viviría yo en wonderland.
Lástima que fumar puros, beber cocacolas y comer carne en exceso no agregen demasiada vida a mi vida, como lo hace la música.
Leer poesía ha sido también algo que disfruto de sobremanera, pero en lo últimos años he leído casi pura basura que no me convence nada, que no me comunica nada. Y cuando el arte no comunica no es arte (lo mismo va para la música que para la poesía). Cuando, como ahora, estoy a punto de dejar de creer que descubriré a algún nuevo poeta que me mueva, me conmueva y me apasione; es decir, cuando estoy a punto de mandar a la chingada a la poesía contemporánea, surge un poeta como Abbas Kiarostami (quién es también un excelente director de cine, según me entero), y lo cambia todo.
No he visto película alguna de Kiarostami (mañana mismo compraré dos por ebay), pero si filma como escribe poesía, creo que pronto contará con un nuevo admirador incondicional.

Ahora sólo quiero estar aquí y contemplar el techo sin pensar en nada, sino en el techo...

lunes, mayo 09, 2005

Objeto de deseo:

Por si alguien se preguntaba, qué es lo que más deseo (musicalmente hablando)




Precio: 19,850 dlls

Narco-Tijuana

Tijuana me recibe con la noticia de dos muertes escandalosas relacionadas con el narcotráfico. Mi sorpresa es haber conocido en algún momento de mi vida a ambos ejecutados.
Con uno de ellos cursé los tres años de la secundaria y recuerdo que en 1984 le gustaba The Clash, en especial la canción London Calling.
Cuando entré a la preparatoria yo pasaba las tardes en la casa de Pablo Hernández (Que En Paz Descanse), hasta que un mal dia, su padre me corrió de su casa por ser yo una mala influencia para su hijo. Su padre no aceptaba la idea de que su hijo quisiera ser músico y como yo cargaba mi sintetizador Yamaha DX100 y un montón de discos cada tarde que llegaba a su casa, pues yo significaba la manzana podrida en la vida de su hijo.
Pablo murió de cáncer en 1994, pero antes de eso se convirtíó (sin mi mala influencia) en un excelente músico, fundador de la banda de culto Quinta Reunión. Antes de que su padre me corriera, en su casa compartíamos nuestra afición por la música, los sintetizadores y las cajas de ritmos.
Pablo me enseñó por primera vez a grupos como The Normal, Fad Gadget, Erasure, The Assembly, DAF, entre otros. Yo no recuerdo hoy cuales le mostré a él por primera vez, pero fueron varios. Era un intenso intercambio de vinilos, cassetes, amistad y emociones. Teníamos una proclividad por la música triste, melancólica y hasta depresiva (con o sin sintetizadores). Ambos teníamos el pelo negro largo, doc martens negras y portábamos camisetas con imágenes Ian Curtis de Joy Division, de Dead Can Dance, de This Mortal Coil y de Siouxie and The Banshees, entre otras.
Pablo vivía en la casa contigua a uno de los hoy famosos ejecutados. Era el ex-compañero de secundaria de ambos. Un dia de esos de melomanía incontenida pusimos un disco de The Clash y le pregunté a Pablo por su vecino, él sólo atinó a decirme: anda con los Arellano Félix. Ves ese BMW verde que está allí afuera? Es de él.
Teníamos 17 años y creo que fue la última vez que pregunte por mi ex-compañero de secundaria al que le gustaba The Clash.
Hoy vi su foto en el periódico.


Al otro ejecutado lo conocí hace menos tiempo. Unos cinco años quizás. Era el compadre de un buen amigo mio. Dicen que tenía un largo historial de aprehensiones relacionadas con el narco tanto en Tijuana como en Estados Unidos.
Cuando lo conocí no pregunté y nadie me dijo nada.
Más tarde hablaré con mi amigo, su compadre y socio, para darle el pésame.

Y todavía hay gente que me pregunta del por qué en Nortec utilizamos imágenes del narcotráfico en los visuales de nuestros conciertos.
Por qué sera?...

Nortec en Zaragoza (8 mayo 2005)

























*fotos cortesía de J. Chaidez.

lunes, mayo 02, 2005

Vino Bajacaliforniano en el New York Times:

May 1, 2005
In Tequila's Home, a Wine Region Comes of Age

By JANELLE BROWN

The first time I went to Mexican wine country, I found myself digging my car out of a muddy river bed at 11 at night. It speaks volumes about the area's charm that this didn't deter me from a second trip, four months later. This time, I destroyed one of my sedan's axles in a pothole and popped a tire.

And yet, I still plan to visit again. Next time, I'll bring an S.U.V.

Wine tasting in the Guadalupe Valley of Mexico is an adventure sport; not an endeavor for the weak of will. There is the matter of the roads. They are dirt-surfaced, they frequently require that you drive straight through riverbeds and, thanks to a winter of record storms, they currently resemble the pitted surface of the moon. Then there are the obstacles to actually tasting wines: many wineries require appointments, and a working knowledge of Spanish is definitely an asset.

Persevere, however, and you could find yourself at the bucolic ranch of Antonio Badán, sampling a generous glass of elegant Mogor-Badán Chasselas with the winemaker himself. Mr. Badán's tasting room consists of a folding table in a corner of the small concrete building where he produces his wines. The chairs are wobbly; the walls are bare. From the tasting room, you can look over the vegetable gardens, the henhouse and the grazing cattle to the budding grapevines on the valley floor.

"If you are here very early in the morning, the breeze brings down the scents from the hills - all the wild plants, the aromas of the chapparal," Mr. Badán said, as he gestured out at the view. "I think our wines tend to express that, what the area has to offer."

Mr. Badán, a physicist by day, is one of a dozen boutique winemakers who are slowly transforming the scenic Guadalupe Valley, just east of Ensenada and south of Tijuana, into an intimate and unusual wine destination. Once the butt of jokes, Mexican wine is rapidly gaining a reputation for subtlety and complexity; and the Guadalupe Valley is increasingly host not just to award-winning wineries, but also to a handful of restaurants and inns that are luring intrepid wine aficionados from across the border.

"People have more open minds," explains Hugo d'Acosta, an oenologist and proprietor of the chic, contemporary Casa de Piedra winery and the high priest of Guadalupe Valley winemaking. "It's just the start. Mexican people are coming to know and be proud of the only wine region in Mexico."

In the land of tequila and cerveza, wine has traditionally been a hard sell. Annual wine consumption in Mexico is less than that of the city of San Diego, just across the border. One reason for this was that Mexican wine was notoriously bad: it was often aged in used whiskey barrels, which had an understandably adverse affect on the wine's flavor, and, thanks to onerous trade restrictions, it was often made in a creative vacuum without any comparison to European or American vintages.

The Guadalupe Valley's first winery, Santo Tomás, was established in 1888 on the former vineyards of a Dominican mission, and, by the 1970's, two more corporate wineries, Domecq and L. A. Cetto, had set up shop. But the area didn't begin producing quality wine until the late 1980's. Local people pinpoint the current renaissance to the arrival in 1988 of Mr. d'Acosta, who, with French and Italian winemaking degrees, set up shop at Santo Tomás. Simultaneously, a group of Mexican investors opened the boutique winery Monte Xanic and introduced the valley to high-tech winemaking concepts like stainless steel, temperature-controlled barrels and quality corks.

As it turned out, the Guadalupe Valley has an ideal climate for growing grapes: 14 miles long and 5 miles wide, the valley is arid but gets cool breezes from the ocean just over the hills. There are a dozen wineries in the area making wine in commercial quantities and a half-dozen more producing wine in smaller amounts, primarily for home consumption.

Highway 3, which cuts through the valley and is the area's only fully paved road, is lined with vineyards, olive orchards, modest farms and the occasional concrete-block roadside stand selling homemade chorizo, cheese, or olive oil. After several years of drought, this winter's storms - which dropped 25 inches of rain, more than the last three years combined - have left the boulder-strewn hills verdant and green.

Although the older commercial wineries, like L. A. Cetto and Santo Tomás, offer conventional tasting rooms and gift shops, most of the boutique wineries are, like Badán's, modest affairs. On a good weekend, only a few dozen people come through for a tasting, but they receive intimate personal service. Often, the person pouring your wine is the winemaker who will happily spend hours with you discussing vintages and grapes. An increasing number of them are young transplants from Mexico's major cities.

It's a far cry from the dollar-a-sip tour-bus culture of Napa Valley, although it is quite similar, local people are quick to note, to what Napa was like in the 1960's, before investment turned that region into a global wine center and tourist destination. Unlike Napa, however, the local folk hope to keep rapid growth out of their valley, and are working to block housing and industrial development that might mar the environment.

"It's not like a Disneyland for wine," Mr. d'Acosta said. "I don't believe it's going to be a Napa, where the tourists become more important than the wine."

The region's mecca is the four-year-old restaurant Laja, a serene stone-and-adobe building just off Highway 3, where the acclaimed former Four Seasons chef, Jair Téllez, serves inventive prix-fixe meals (giant clam with kumquats or carmelized black olives with olive oil ice cream) featuring local produce and wines. Diners come from as far away as Los Angeles and San Diego.

"When I first opened here people would tell me I was crazy or stupid," laughs Mr. Téllez, who was raised in Tecate, an hour up Highway 3. "But the restaurant has steadily grown. We have autonomy in the valley right now, no need to comply with any expectation. That's good for creativity and expression."

One of the biggest hurdles to the region's growth as a tourist destination, however, is a lack of hotels. If you aren't able to book one of the six rooms at Adobe Guadalupe - a bed-and-breakfast, winery and restaurant in the sprawling hacienda owned by a retired American couple, Tru and Donald Miller - you'll have to stay in Ensenada, 15 miles away. But at least two small inns and one large hotel are scheduled to open in the next year; two of these are planned for the Liceaga and Casa de Piedra wineries.

More problematic for wine tourism are the customs laws that prevent American visitors from taking more than three bottles of wine back over the border. At Adobe Guadalupe, the Millers occasionally store cases of wine for regular visitors from San Diego, who cross the border just to drink their own wine. The local winemakers grumble about a lack of support from the Mexican government, which has done little to develop the area except to install new "vinicola" signs marking the vineyards.

"In Mexico it is more expensive to produce wine, the government doesn't help us too much and the taxes are very high," said Eduardo Liceaga-Campos, a former civil engineer whose vacation home in the valley has evolved into a full-time winery called Viña de Liceaga. His bright yellow tasting room, where he sells not only his award-winning merlot but his wife's hand-crocheted ponchos, sits just off Highway 3.

But the casual, intimate atmosphere is a real attraction, regardless of the lack of government support. On weekends, the region's gourmands and winemakers gather at the wine bar Manzanilla in Ensenada, to nibble on sashimi and sample each other's latest vintages. On a recent evening, the bounty included a plate of pungent fresh goat cheese, and a velvety bottle of limited edition malbec from Monte Xanic. Karola Saenger, who works at the Monte Xanic winery, unwrapped the tissue-wrapped bottle and poured glasses for everyone at the bar. "This is something very special I want you to try," she announced to the room, as a half-dozen well-tuned noses dipped into their glasses.

"It's the beginning, as you can see. The valley is huge. We have lots of land to plant," said Gloria Ramos, Mr. d'Acosta's wife and partner in Casa de Piedra. "Mexican wine is - I don't know if the right word is hot, but it's in a very good spot."

Assuming your car will get you there.


PS: Ya lo están descubriendo. Tarde pero seguro...

lecturas y otros malos hábitos

Antier leía la estadística de que el mexicano promedio lee 1 libro 1/2 al año y que el noruego promedio lee 24 en el mismo periodo. No me extaña nada.
Mis hábitos de lectura han cambiado mucho con los años.
En la preparatoria leía, además revistas de música y manuales de sintetizadores y computadoras, novelas.
En la Universidad además de revistas de música y manuales de sintetizadores y computadoras, leía revistas de contracultura y arte (ajoblanco siendo la más fascinante de todas). También seguí leyendo novelas y me empezaron a gustar los ensayos literarios. Descubrí (sin resolver) ese eterno laberinto que llaman Poesía.
Era el único guey que en la facultad de Economía que junto con los libros de Adam Smith, Keynes y Dornbursh, también sabía (un poco) de Borges y Rulfo.
Por eso está el País como está...

Entre los 24 y los 28 años leí, además de revistas de música y manuales de sintetizadores y computadoras, mucha poesía y cuento. Creo que me pasé un par de años leyendo de manera exclusiva cualquier texto de Fernando Pessoa (y otros poetas portugueses) que cruzara mi vista.
Mi ritmo era bueno y seguramente leía entre 20-30 libros por año.
Ahora mi ritmo de lectura ha bajado (como mi líbido. ja!) y no creo leer más de 8-10 libros al año. Además de revistas de música y manuales de sintetizadores y computadoras, ahora leo casi de manera exclusiva, libros de historia y teoria musical (preferentemente música electrónica).

Sin embargo, leyendo un correo de mi buen amigo Daniel Salinas, recordé que hace unos meses leí un libro que me fascinó enormemente. Un libro que leí sin parar de principio a fin con la emoción de un chamaco de 11 años viendo un playboy. No haré aquí una reseña del mismo, esperando que Salinas la haga en su columna o en su blog (ya te embarqué mi estimado Daniel).

El libro en cuestión es The Surrender de Toni Bentley.
Pueden hojearlo (sólo algunas páginas) de manera virtual:
aquí



ando yendo

Mañana me voy de nuevo.

Lo que sigue:



Flama 2005





LLegando a casa después de varios dias lejos. El festival Flama 2005 en Xalapa fue todo un éxito. Seis dias de música y todos los sellos de música electrónica independiente de méxico estuvieron presentes, inluyendo Mil Records (of course!).
Flama se está conviertiendo en uno de los festivales más importantes para la música independiente del país. Hubo de todo: intercambios de música, posibles futuras colaboraciones, descubrimiento de nuevos proyectos de música electrónica, planes, planes, planes, etc.

Es la tercera vez que participo en el festival Flama de Xalapa, incluso antes de que se llamara formalmente Flama; y he visto una gran evolución en cuanto a organización y convocatoria. en el 2002 asistieron 300 personas al cierre del festival, ahora fueron 1300.

Listo para el Flama 2006!

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