de revistas musicales y poetas nuevos (para mi).
Todo suena a calma o más bien nada suena hoy. Ayer sentí que me moría y todo por dos malditos chiles rellenos. Ya no aguanto nada, caray!
Cosa rara, pero ya son las tres y veinte y no he puesto música en el cd player ni en la computadora. Tampoco me he puesto a trabajar canciones. Decidí ponerme a leer parte de la colección completa que me regalaron de la revista española Zona De Obras. Confirmo una vez más que en cuanto a crítica musical y organización, todavía nos falta un millón de años luz para llegar a España. Qué decir de revistas como la desaparecida Ajoblanco, la Rock Deluxe, la Go, la Serie B. Vivimos en el desierto editorial en cuanto a música y cultura se refiere.
Después de hacer música y escuchar música, lo que más disfruto es leer sobre música. Parece una obesión y lo es, pero para qué rechazar lo que te hace feliz. Si todas mis adicciones fueran tan positivas, viviría yo en wonderland.
Lástima que fumar puros, beber cocacolas y comer carne en exceso no agregen demasiada vida a mi vida, como lo hace la música.
Leer poesía ha sido también algo que disfruto de sobremanera, pero en lo últimos años he leído casi pura basura que no me convence nada, que no me comunica nada. Y cuando el arte no comunica no es arte (lo mismo va para la música que para la poesía). Cuando, como ahora, estoy a punto de dejar de creer que descubriré a algún nuevo poeta que me mueva, me conmueva y me apasione; es decir, cuando estoy a punto de mandar a la chingada a la poesía contemporánea, surge un poeta como Abbas Kiarostami (quién es también un excelente director de cine, según me entero), y lo cambia todo.
No he visto película alguna de Kiarostami (mañana mismo compraré dos por ebay), pero si filma como escribe poesía, creo que pronto contará con un nuevo admirador incondicional.
Ahora sólo quiero estar aquí y contemplar el techo sin pensar en nada, sino en el techo...
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