lunes, agosto 07, 2006

DDS



Fui a comprar un teléfono a la Office Depot y a pagar el Gas a la zona rio. De ida, me di cuenta que un auto había perdido el control y había salido volando por la carretera hacia el desbarancadero en la Avenida Internacional. Había allí veinte patrullas, cinco autos de bombero además de trescientos mirones obstruyendo el paso. Sabía que después de mis diligencias, si optaba por emprender el regreso inmediato, me tomaría una hora y media llegar a casa. Llamé a un buen amigo para saludarlo y me dirigí a mi escala obligada en el Dandy del Sur. Tomé cinco cervezas y seis aguas minerales. Las meseras/cantineras me contaron historias como para tres novelas de realidad extrema que hasta parecerían ficción. Entre que servían "tragos de amargo licor" y regresaban a la barra, escuché relatos que ningún Cortazar escribió.
Lástima que no soy novelista! Pero si a alguién le interesan, le puedo repetir las fantásticas historias. Eso sí, si resulta un best-seller quiero mis regalías y las de las chicas del Dandy del Sur, para entregárselas personalmente.

Después de poner todo el disco de Violator, nomás pa´ no olvidar la costumbre; me percaté que la rocola era controlada por ellas y así fue como hoy aprendí canciones de los Yonics que nunca antes había escuchado y recordé algunas canciones de Alejandro Fernández que hace muchos años escuchaba un amigo herido de amores.
Siempre hay que tener los oidos muy atentos a todo lo que suena...

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