Walking in L.A.
"Walkin' in LA, only a nobody walks in LA..."
Missing Persons.
Mi permiso para cruzar más allá de 25 millas había vencido (para los que no lo sepan, además del pasaporte con visa americana y en mi caso, visa de trabajo americana; para cruzar más allá de 25 millas de la frontera entre Tijuana y USA se necesita un permiso especial que dura seis meses y que cuesta seis dólares).
Tardamos una hora haciendo fila para obtener dicho permiso y otros quince minutos más haciendo otra fila para pagar los seis dólares que cuesta. Después de eso hicimos una parada para echar gasolina, otra parada más para sacar dinero en el Wells Fargo de Chula Vista y emprendimos el viaje rumbo a Los Angeles.
Apenas un dia antes por la tarde habíamos llegado de un concierto en Saltillo y su respectiva desvelada; así que físicamente no estábamos al cien por cien la mañana del sábado. Tomando en cuenta el calor, las dos horas haciendo fila para cruzar la frontera, la hora y pasadita en obtener el permiso y las tres horas manejando en el freeway para llegar hasta el centro de Los Angeles a tiempo para el soundcheck; pues más que personas parecíamos hologramas.
Llegamos en punto de las cuatro de la tarde, hora estipulada para el soundcheck. Afortunadamente todo estaba en orden: sonido exterior, monitores, pantallas, proyectores, asistentes de audio, backstage y roadies. A las seis de la tarde ya habíamos concluído todas las pruebas.
A las ocho en punto comenzaba el show con el grupo abridor y nosotros estábamos programados para tocar a las nueve. Nos fuimos a dar un baño y a mudarnos de ropa al hotel Omni, ubicado para nuestra suerte, a unos cuantos pasos del California Plaza, lugar en donde se realizó el concierto.
A las siete y treinta estábamos ingresando al backstage del lugar y ya se escuchaba gente afuera. Me asomé a las gradas justo a las ocho en que salían los del IMS (grupo abridor) y ya estaban más de tres mil personas en espera; lo cual fue realmente una sorpresa. Sabía que el concierto estaba bien promovido tanto por el L.A. Times, por el L.A. Weekly, por la estación de radio KCRW y por Roland, una compañía de sintetizadores que fungía como patrocinador del concierto de Nortec; pero aún así me sorprendió que más de tres mil personas estuvieran allí gritando y esperando el comienzo del show.
El tiempo que nos dieron para tocar fue poco (una hora), así que que agilizamos las transiciones entre las canciones y tuvimos que sacrificar muchas que nos gusta tocar en vivo; pero la pasamos de maravilla. Hicimos un encore de dos canciones más a petición del público y terminamos con la distorsión sonora de sonidos analógico-modulares que tanto nos gustan, aderezados por decenas de efectos digitales.
Buen concierto el del sábado en Los Angeles. Seguramente será de esos que no se olvidan.
En el backstage ya nos esperaba el cineasta y gran amigo Hans Fjellestad y gente del colectivo de música experimental Trumerflora, Hans fue el director de la película-documental, Moog sobre la vida y obra del inventor del sintetizador. Dejamos las cosas en el hotel y nos fuimos a un bar chino que tenía una rocola con canciones de David Bowie, Visage, Violent Femmes, etc.
Allí todo el cansancio y el estrés que traíamos a cuestas se disipó entre Heineken´s y risas.
Al siguiente dia al mediodía, emprendimos el regreso y como siempre la selección musical fue entre discos muy nuevos de recién manufactura y algunos clásicos musicales que llevamos tatuados por siempre. La única parada que hice fue en un subway para comer-desayunar y en una librería Borders para comprar los más recientes ejemplares de: Sound on Sound, Computer Music, Electronic Musician y Future Music. Llegué a casa, me di un baño y dormí quince horas sin parar..
<< Home