Qué sigue?

Más temprano que tarde van a militarizar esta ciudad. Soldados en las esquinas, soldados por las calles, soldados cerca de casa.
He visitado lugares así y me ha costado trabajo sonreir o tan siquiera continuar con una plática frente a la presencia de los wachos. Toda conversación, toda carcajada era acallada por la repentina presencia de un soldado con el dedo índice en el gatillo de su ametralladora.
Tijuana tiene miedo, ya no sólo a los ricos secuestran, también al que tiene la tiendita de la esquina le pasa igual, al que sacó su Volkswagen a crédito y hasta al que tiene un puesto de tacos con clientela.
Los soldados vienen, lo presiento. La ciudad tiene miedo como nunca...