miércoles, junio 14, 2006

adicción auditiva

Somos seres que reacionamos a los estímulos: auditivos, visuales, gustativos, tactiles, olfativos etc. Nos sentimos tan sofisticados como raza humana, que de pronto nos hemos creído eso de que somos el triunfo de la creación, y sin embargo, somos tan elementales y primarios.
No niego, ni reniego de los grandes avances de la humanidad, al contrario, los celebro. Por dichos avances, sobre todo en el campo de la tecnología es que me dedico a lo que me dedico y que puedo vivir con la grandiosa comodidad de encender la luz con tan sólo mover un botón, de tener agua caliente al girar una llave y de poderme comunicar con el mundo y saber del mundo con tan sólo oprimir el boton que dice "On" en mi computadora. Hay algunos que cargan con un peine en sus bolsillos, yo ya no salgo sin el celular y la Palm (mi memoria alternativa) por lo que se pueda ofrecer. No le regateo nada a la humanidad y sus avances, pero al final del dia y en resumen, en concretito decían antes, seguimos siendo seres (animales recionales al fin) en busca permanente y constante de estímulos.

Cada vez me doy más cuenta que en cuanto a música soy un ser muy obsesivo. Mi desarrollada búsqueda de estimulación auditiva podría considerarse una adicción. Una adicción de la cual no quiero recuperarme, por cierto. Todo el tiempo tengo que estar escuchando música y hasta puedo recordar con canciones los momentos claves de mi vida, desde grandes celebraciones, hasta grandes angustias. Recuerdo muy bien qué canción escuchaba cuando mi hermano me llamó por teléfono para decirme que mi padre había muerto. Por eso mismo, hasta el dia de hoy, me cuesta mucho trabajo volver a escuchar la canción How Soon is Now de The Smiths. Recuerdo también qué canción escuchaba cuando perdí mi virginidad a los dieciséis. Por eso cada vez que escucho la canción Dead Man´s Party de Oingo Boingo, se me dibuja una sonrisa idiota en el rostro. Y así podría seguir recitando canciones que me marcaron la vida. Parafraseando al libro que ahora leo con emoción, podría citar las 1001 canciones que arman el rompecabezas de mi existencia. Y son tan mias, que esas 1001 canciones para otros no significan nada o significan totalmente otra cosa. Eso es lo mejor de todo, que como todas las adicciones la mia es una adicción personal y egoísta, en su forma más maravillosa, tendría que agregar.

No se si todo esto sea sano, o tenga un nivel de locura. Pero si es lo segundo qué importa.
Qué viva la música!
o como dice Kraftwerk: music non stop....


PS: mientras escribo esto, escucho una canción babasónica que me ha enseñado que la palabra "putita" puede ser algo muy tierno que decirle a alguién...

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