martes, junio 20, 2006

Futbol

Todos los que me conocen saben que un partido de futbol me emociona tanto como una ida al dentista.
Podría derramar en este espacio, un caudal de palabras sobre la nausea que me da ese exarcebado nacionalismo que a tantos les nace el dia que la "Selección Nacional" juega.
Por un empate a cero goles con la República de Angola son capaces de pintar las ventanas de sus autos con las más diversas consignas patrióticas y triunfalistas, de ponerse pelucas tricolores, de gritar desaforadamente que somos "bien chingones" y que "todo el mundo nos la pela a los mexicanos". Es un fenómeno que simplemente no entiendo, eso de sentirse "más mexicano que nunca" porque uno (que no eres tú) mete un gol.

He intentado ver completo un juego de futbol, lo juro. Pero siempre termino divagando a los quince minutos. No se me da, no me emociona, no me hace sentir "más cabrón", ni más feliz, ni más triste, el caso de que la "Selección Nacional" gane o pierda.
Se que el 90% de la gente que conozco disfruta enormemente de estas emociones y exaltaciones nacionalistas y siendo sincero, secretamente los envidio. Qué más quisiera yo que salir gritando de casa, cada vez que gana la Selección Nacional: México, México, México! Ra Ra Ra! o el clásico: Viva México, cabrones!
Pero algún gen en mi impide dichos sobresaltos nacionalistas. Ya ni modo de alterar mi ADN a estas alturas de mi vida.

Ayer por la noche, no podia dormir y me puse a repasar un libro del gran poeta chileno Gonzalo Rojas, ese que alguna vez, en un encuentro literario en España, afirmó: el poeta es el mayor estorbo para la Poesía.
No recordaba que Rojas había escrito un poema sobre el futbol. Lo leí y me atacó la risa y por lo menos me hizo sentir menos solo. Aquí va el poema de nombre:
Futbol sin parar.

Qué desmadre, Mundo, todo lo futbolero, pelotas
y patas, se jerarquiza hasta la cresta
del Aconcagua: ¿metáfora
de patear por patear, o exhibición
de cuero del Testículo
en el césped hinchado así: Mayúsculo: que eyacula y
hace eyacular
estadios enteros y salpica
retórica y grasa por
satélite en
lo idiomas todos; el maya,
el etrusco incluso?
Pensar
que hubo toreros, gladiadores
en la apuesta, y ritmo,
Píndaro
hubiera llorado.

eXTReMe Tracker