sábado, agosto 12, 2006

Compositora mexicana contemporánea:


Hace poco más de un año vino a mi estudio la que es quizá, la compositora viva más importante de México. Su nombre es Gabriela Ortiz Torres. Ella se dedica a componer obras musicales de eso que llaman "música culta", (orquestas, ensambles, cuartetos etc). Ella vino a dar un curso de composición y un amigo en común la trajo de visita al estudio. Vió con mucha atención los aparatos con los que hago música y le enseñé algunos programas de software y aplicaciones musicales que utilizamos para tocar en vivo por medio de computadoras. Aunque su especialidad es la música contemporánea, en el mundo de la música electrónica no se ha adentrado todavía.
Quedamos en que me llevaría a dar un curso express de música electrónica al D.F., pero por cuestiones de agenda de ambos, ya no le dimos continuidad a la idea. Lo bueno es que todavía nos queda vida y es siempre una posibilidad hacerlo en el futuro.

El pasado primero de junio, cuando nos presentamos en Bellas Artes, un ensamble de piano, clarinete, flauta y oboe, ejecutó una obra de ella esa misma noche. Me dió gusto enterarme de eso, aunque para Gabriela Ortiz no debe ser raro que se presenten y estrenen obras suyas en Bellas Artes.

Es reconfortante saber que en México la música contemporánea sigue contruyéndose con nuevas ideas y me dió gusto saber ayer de Gabriela por medio de una nota que publicaron en el periódico El Universal, en dónde declara lo siguiente a propósito de su última obra:


"La idea es elaborar un modelo de construcción formal que me otorgue la posibilidad de responder a los diferentes mundos que habito, reconociendo que sus componentes y significados son siempre fluidos y cambiantes, y que el proceso cognoscitivo es una constelación inestable de redes, fusiones e híbridos", asegura Ortiz.

"El material puede ir desde lo más abstracto en su concepción racional hasta lo más concreto en el aspecto auditivo, siempre en una constante transformación orgánica, creando así dimensiones variables de lectura. La idea es transgredir las fronteras del tiempo, en una especie de integración de la memoria musical.

PS: por cierto, el hermano de Gabriela es Ruben Ortíz Torres. Uno de los pocos artistas multidisciplinarios mexicanos con reconocimiento internacional. Es obra suya ese auto que simula ser border patrol y que se desdobla como un tranformer en varios pedazos, el cual apareció en algún video de Fatboy Slim y también aparece registrado en el libro Paso del Nortec.

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