lunes, octubre 25, 2004

PS:

La anterior historia aunque parezca verdad, es una linda ficción. Después de los 17 no se deben hacer una estupideces de esas dimensiones.
Ahora cuando se me pasan las cucharadas, gracias a Chuy Presidente, puedo pedir un taxy libre que me deje en casa tranquilo y contento.

En la realidad, siempre he odiado a los borrachos veloces...

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