de la felicidad y otros aprendizajes
Leyendo el blog de Burgués me encontré con el siguiente comentario: "...he de decir que PGBeas es sumamente tacaño en algunas cosas, principalmente en dar detalles de las ciudades por las que pasa. Las menciona pero hasta ahí, como si fueran recuerdos confidenciales, esconde descripciones."
Después de soltar una tremanda carcajada, me puse a pensar en lo que escribió Burgués. Es verdad que en este blog se refleja parte de mi vida y si me obligo a hacer alguna estimación, diría que es el 1% de mi vida.
Siempre he pensado que este blog es personal, pero que dista mucho de ser íntimo o confesional.
Si a algo me obliga el trabajo que tengo, es a viajar mucho más de lo que nunca imaginé. Antes hasta ahorraba dinero para poder viajar en algún momento del año y ahora vivo con una maleta siempre lista con calzones limpios, calcetines y un kit que incluye: pasta, cepillo dental, peine y mis pasaportes.
Algunas veces cuando visito alguna ciudad, conozco sólamente: un hotel, una sala de conciertos, algún restorán (que muchas veces es room service) y su aereopuerto. No siempre hay tiempo, ni dinero para poder quedarse a disfrutar plenamente de la vida diurna y nocturna que esconden a primera vista todas las ciudades.
Es ridículo a veces, a lo que nos obligan los compromisos de trabajo. El año antepasado en una de las veces que fui a Paris, tardé más tiempo en ir y venir a la ciudad luz, que el tiempo que estuve en suelo parisino.
Considerando lo que tardé en cruzar la frontera, las dos horas de antelación que estuve en la sala de espera y que el vuelo salía desde Los Angeles, creo que entre ir y venir, tardé 26 horas y sólo estuve 22 pisando su suelo.
Vienen algunos viajes interesantes en dónde ya planeo quedarme un par de semanas por mi cuenta. Prometo autocensurarme menos en los relatos de viaje...
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