Alamos:

Alamos, Sonora es el secreto mejor guardado del norte. Me sorprendió la cantidad de personas que me escribieron cuando supieron que íbamos a tocar a Alamos, todos hablándome maravillas del pintoresco lugar. Y se quedaron cortos. Es un lugar que sorprende mucho a la vista, sobre todo porque ese tipo de lugares sólo los encuentra uno en el centro y sur del país.
Grata sorpresa y buena noche de concierto, a pesar de ciertas dificultades técnicas y logísticas que los organizadores del evento no previeron. Pero aun así, buena noche en Alamo.

Aquí una nota periodística que encontré, respecto a nuestra presentación:

Quedan poseídos por Nortec
Martín Contreras
mcontreras@frontera.info
ÁLAMOS, Sonora(PH)
‘No más ópera en Álamos’ fue la consigna, porque todos querían dar rienda suelta al ritmo desaforado del colectivo.“No más ópera en Álamos” fue la consigna. Ya era hora de dar rienda suelta a los brincos y gritos desaforados con la música electrónica. Atrás quedó una semana de canto lírico en el festival “Alfonso Ortiz Tirado”, para gozar el sonido fuerte de Nortec, el singular colectivo que llegó desde Tijuana con un espectáculo nunca antes visto en Sonora.Era casi la media noche del sábado cuando fueron anunciados: Nortec está en Álamos, su nombre parte de la contracción de norteño y techno.Las sonatas al cello, las recordadas canciones de Ortiz Tirado y las arias de “Carmen”, “Turandot” y “Rigoletto” quedaron encerradas en los viejos muros del Palacio Municipal de Álamos. Ahora todos en La Alameda: Los viejos a cenar y a dormir... los jóvenes a la gozar la noche que apenas comenzaba. “Nortecos” al ataque.El cartel prometía horas de ritmo explosivo: Desde temprano la plaza se llenó de rostros interrogantes, a la expectativa por conocer el trabajo musical de “Bostich”, “Fusible”, “Clorofila” y “Hiperboreal” y un quinto DJ, “Panóptica”, no pudo venir, pero en esta ocasión en el escenario se unieron Juan Carlos Reina (bajo sexto), Carlos Téllez (acordeón) y el videoasta Octavio Castellanos.Ellos lograron desaparecer el frío de cuatro grados centígrados. Desde la primera “rola” los cuerpos, impulsados por mecanismos secretos, empezaron a moverse y las gargantas a gritar.El ritual del baile comenzaba en esa fiesta de la electrónica, jugando con los acordes de la música norteña y la banda sinaloense.

ps: no somos dj´s.