sábado, octubre 15, 2005

Argentina with love

Después del rockero trago amargo, vino la presentación de Nortec en el Niceto Club 69 el pasado jueves. Niceto es quizá el espacio más importante para la música electrónica hoy en dia en Buenos Aires. Con capacidad para 2000 personas, un amplio escenario y un excelente sistema de sonido.
Temía irme de Buenos Aires con el sabor de boca del Pepsi Fest, que fue como de Pepsi-Cola caliente. Para nuestra fortuna la presentación de Nortec en el Niceto resultó en una noche de lleno total en dónde el público se entregó por completo a nuestra música. Después de una excelente cena en un restorán que tiene todo bueno excepto el nombre (conga), en el backstage hicimos algunas entrevistas para el periódico El Clarín, para la Rolling Stone y para Sony Entertainment Television. Cuando me asomé a la sala principal ya en el lugar no cabía un alfiler y era hora de comenzar a tocar. El escenario convertido en una frontera con muro metálico y todo, en medio, como un sueño americano, estaba montada una gran pantalla de video, lo que agregó visualmente a convertir esa noche al Niceto en una pequeña Tijuana virtual. Así nos presentamos y cuando nos dimos cuenta ya habíamos tocado más de la hora y media que nos habían programado, pero a nadie le importó, la gente seguía sudando y brincando al ritmo de las tarolas y las tubas made in tijuanita.
Un dato curioso es que parte de la crema y nata de la escena electrónica bonarense se dió cita esa noche para ver a Nortec en el Niceto. Alguno incluso hasta con guaruras:
Gustavo Lamas, Leo García, Leandro Fresco, Tammy, Leo Martinelli, Lolo y Bruno del grupo pop Miranda (quienes resultaron ser excelentes personajes). Con todos ellos convivimos después del concierto en una noche que terminó a las siete de la mañana. Hora en que prendieron las luces blancas para anunciar que la sesión había terminado. De pronto allí estábamos en la calle buscando un taxy en pleno vampirazo mañanero junto a las trescientas personas que decidieron quedarse hasta esa hora del jueves convertido en viernes.


Una noche inolvidable para Nortec en la tierra de Piazzolla, de Borges y Cortazar. Una noche que supo al mejor Malbec argentino.

ps: me dicen que también andaba allí baile y baile, el cantante del grupo Turf. Aquellos que salieron vestidos de jockeys después de nosotros en el Pepsi Fest.
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Al día siguiente o más bien ese mismo dia (viernes), Bruno de Miranda, pasó por nosotros al hotel Mayflower de la calle Paraná, y nos llevó a las tiendas de instrumentos, dónde Jorge Verdín compró una vieja caja de ritmos. Por la noche tocamos en Petecos a las afueras de Buenos Aires, en otra noche para recordar. Cuatrocientas personas recibieron esa noche su pinchazo tijuanero. Tuvimos que acortar el set a las cuatro de la mañana cuando apenas teníamos una hora y treinta minutos tocando ya que el aereopuerto nos esperaba a las cinco para tomar el avión que nos traería a Bogotá. Lugar desde donde escribo esto.
Mañana tocamos en el área electrónica del festival Rock al Parque. Ya veremos qué tal. Por lo pronto, Buenos Aires fue re-bueno (como dicen ellos)...

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