Visitas literarias
Hoy viene Javier Cercas a presentar su obra a Tijuana. Me han contado muy buenas cosas sobre su libro Soldados de Salamina, hermosa narrativa, hermosa estructura, dicen; pero sigo pensando que las presentaciones de libros son actos públicos innecesarios y aburridos, integrados por uno o dos aduladores de la obra, el agradecimiento del adulado y un público que si no ha leído la obra con antelación, no entiende casi nada de lo que se dijo, ni de lo que se lee.
Prefiero ir a comprar el libro, leerlo de "cercas" (sic) y a solas.
La última vez que fui a una presentación de un libro fue a la de Rafa Saavedra, y fue más bien, un acto de amistad solidaria. Ver a tres amigos conversando, siempre me da felicidad. Después de eso, regresé a casa y leí en dos sentadas (acostadas) el libro completo.
"Abraza un freak".
Para los que gustan de éstas arcáicas exhibiciones y las disfrutan, creo que será una buena tarde hoy en el Cecut.
Entre algunas pocas cosas en la vida, me agradan de sobre manera la música y la literatura. Sin embargo, las presentaciones públicas de música (los conciertos) transmiten electrizantes cargas de energía y emoción tanto para el público como para el que la ejecuta, mientras que las presentaciones públicas de libros, transmiten flojera.
La literatura es un acto íntimo sólamente, mientras la música es perfectamente dual, puede ser secretamente íntima o descaradamente multitudinaria.
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