Ayer
Eran ya varios dias y noches en Lisboa, varios encuentros y diálogos inconclusos y no del todo imaginarios con Pessoa. Una de esas noches de mucho vino tinto y verde y mucha música, cometí el atrevimiento sacrílego de vestir a Pessoa con una camiseta del concierto de
Nortec City.
Eran las 5 am, que me perdonen los Dioses todos...
He aquí la prueba de dicho acontecer:
Pessoa siempre será un enigma...
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