Aviso Oportuno

Me voy y regreso hasta el domingo. El Iguanas me lleva a Monterrey y yo me dejo. Espero que mi cambio de vuelo no haya causado demasiados inconvenientes, me muero de ganas por estar allá.
Monterrey es como Tijuana, pero bien planificada, con túneles hermosos en lugar de puentes penosos.
El cabrito es un manjar y sus calles estan decoradas con las más bellas norteñas que mis ojos han visto. Quiero ver a Lolita para que me cuente sus locuras, para que me pasee por la calles, para que me diga que en verdad no me quería ver, que no me soporta, pero que la mandaron por mí y ni modo que me dejara tirado en el aereopuerto. Quiero ver a Reynaldo para que me pague lo que me debe de la última cancelación y quiero saludar a esa chica que tanto insiste en conocer Tijuana.
También sería bueno platicar con aquel reportero que me confesó sus planes de venir a Tijuana alguna vez, sólo para conocer Don Loope. No cabe duda que de mitos sobrevive nuestra Ciudad T.
Me gusta Monterrey, llego por Aviacsa y sólo espero que la azafata no me diga: bienvenidos a Monterrey. Cómo es posible que me de la bienvenida alguién que venía conmigo?
Eso me lo enseñó Grijelmo.