Aviso Inoportuno

Regresé norteado. Cálida recepción, buena cerveza, mejor comida, excelentes clubs. Pronto regresaré de nuevo a Monterrey, en menos de 10 días. El cadaqués sigue siendo mi lugar favorito, el diseño sigue teniendo el buen gusto de una canción de Burguer Ink y la música es un sonoro martini azul. Para mi fortuna el 6 de Febrero estaré allí tocando.
No fui al cabrito pero fui a El Siciliano, quizá el mejor carpaccio de res que he probado. Allí mismo descubrí la grapa, una especie de té violento con parentesco al alcohol del 96, bastante disfrutable, sobre todo en noches de frios caminares y grandes planes.
Ante mi entusiasmo culinario, me propusieron probar a mi regreso, rabo de toro de lidia, que según dicen, se marina en caldo de res y vino tinto. Nomás por eso, sería emocionante volar de nuevo por la inefable Aviacsa.
El día del concierto estaba montado en el escenario mientras el termómetro marcaba 5 grados (dos más que al amanecer), unos locos pegaban stencils del Acamonchi por todo el lugar y otro más traía una camiseta azul con mi cara dibujada, sólo puede soltar una carcajada y festejar su entusiasmo que contrastaba con mis huesos temblorosos. Afortunadamente la gente se animó a calentar el cuerpo y a bailar esa noche. Yo, como le dije al promotor: no hubiera salido de mi casa.