domingo, diciembre 29, 2002

Resumen general del día

Esperé respuesta sobre la carta que le escribí a Camilo Sesto ofreciéndole hacer un remix, pero no me ha contestado. Así son los Divos y así somos los que nunca seremos Divos.
Seguiré revisando mi correo como cuando esperaba a Santa Clós. A esta edad , sólo la música me hace sentir como un infante: ancioso, emocionado y feliz.
Ojalá y tuviera otras adicciones, ya ni las mujeres me hacen sentir así, bueno sí, pero no con esa intensidad.
Quizá necesite una mujer que sea música, y no me refiero a que cante o toque un instrumento, aunque no estaría mal, sobre todo si le gustan los sintetizadores. Me refiero a una mujer que su cuerpo sea música, que su pierna sea Mi y sus cuello sea Fa.
Eso sí que sería divertido. Creo que me la pasaría practicando escalas y explorando sus bemoles...
Volviendo a la realidad, después fuí con mi hermano, que por cierto tiene el mismo nombre que yo (una historia sobre el ego trip de mi padre) para checar la estructura de una canción en la que empezaremos a trabajar mañana, varias ideas han pasado por mi cabeza y creo que tendrá felices resultados. Sería bueno utilizar esa frase que tanto me fascino ayer:
vivo en el número siete de la calle melancolía...
Jorge Reyes me escribe y me dice que deberíamos ponernos de acuerdo para hacer algo en el 2003 y yo recuerdo cuando fuí con mis cidis al Cecut para que me los autografiara allá en el 92.
Bajé un nuevo programa para cortar loops y estoy fascinado, sobre todo por los efectos en tiempo real, a veces, los enanos tienen razón.
Por la tarde, fuí ese lugar que dicen que es el aereopuerto de Tijuana, a recoger a una amiga y la llevé a la línea. Mañana se regresa a Paris, pero se lleva inolvidables recuerdos del Zacazonapan, del Kin-klé y de sus inaguantables ganas de ir al baño a las afueras de un baño en un estacionamiento de la zona centro. Ella me trajo un rico mole de Xico y yo le dije que pronto nos veríamos cerca del Sena.
La primera vez que probé el mole de Xico, me di cuenta de que eso de que el mejor mole es el poblano, es tan falso como que el mejor grupo electrónico de méxico es Moenia. Ahora sólo me falta conseguir un pollo digno que merezca esa oscura delicatesen mexicana.
Todo el día me la pasé escuchando a Sidsel Endresen & Bugge Wesseltoft y fui feliz.
Después de un proceso de inquisición y de una ciber-plática sobre las necesidades básicas para sentirse vivo, solo o acompañado; ahora estoy dispuesto a seguir cortando sonidos mientras imagino armonías...

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