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Mejor final no pudo tener la mini-gira de Nortec. A pesar de la lluvia del sábado en el D.F., el Corona Music Fest fue una buena noche para el colectivo. Aquí una nota aparecida en Cambio:
Distrito Federal
MÚSICA
El mejor final
Luis Manuel Paz
Lunes 13 de Noviembre de 2006
Que nadie se mueva. Todo es de él: el escenario, la lluvia, el Estadio Azteca, el público, el rock. Sí. Incluso el rock actual es de Cedric Bixler Zavala. Él y su banda The mars volta hacen con el rock lo que quieren. Y lo dejaron claro el sábado pasado durante la segunda edición del Corona music fest. The mars volta no hizo un clásico show de rock alternativo, si no uno de música y ruido. Uno que bien podría ser considerado como de música contemporánea. De jazz-rock. Casi una hora y diez minutos de improvisación en la que Omar Rodríguez y los riffs de su guitarra eran los directores de la banda. Entonces las percusiones, la batería y hasta un clarinete sonaban a todo lo que daba y Cedric nos mostraba, otra vez, que es el único rockero actual que hace totalmente suyo el escenario: malabareando su micrófono blanco, saltando, contoneando su cuerpo vestido de negro, caminando entre la multitud y dejando escapar su aguda voz. Y el público, su público, el del DFectuoso y uno que otro extraño, a quien ya ha conquistado, extasiado. La noche del sábado quedó claro que aún hay poca gente que no cree en la locura y el genio de The mars volta.
II
Un momento. Eso fue en el cierre del escenario principal. Minutos después, en la carpa alternativa, ante unas mil personas aproximadamente, empezaba la fiesta que todos querían que durara toda la noche.
Nortec estaba en la casa. Tijuanita. Arriba del escenario estaban seis guacales, con luces neón en su interior, sosteniendo cada uno las lap tops del colectivo de músico-visual que ha impactado al mundo. Entonces "Don Loope" dio la bienvenida a los ravers y a los rockers. Todos empezaron a mover los pies, pero sólo un poco. Algunos aún se quitaban el agua de sus ropas al tiempo que temblaban por el frío. Ahí estaban los nortecos, "dándole duro a las compus" en el único escenario que resguardaba al público de la tormenta que caía sobre el Coloso de Santa Ursula. Y fue cuando "Dandy del sur" ya no sólo hizo bailar a la banda, si no brincar, aplaudir y gritar. Fue entonces cuando los defeños se descentralizaron y se extasiaron con los sonidos de la famosa Tiyei, que Nortec ha sabido capturar en su música. Beats trepidantes con sabor de corrido. Beats vestidos con tenis y sombrero norteño. Y todos seguían saltando aún cuando fallaron algunas bocinas. La fiesta estaba a tope. Parecía que la gente había guardado baterías durante las ocho horas de espera para escuchar a Nortec. Nadie paraba. Eso hasta que su éxito "Polaris" dejó de sonar.
PS: D.F. makes me happy...
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