miércoles, septiembre 22, 2004

todo es químico




Hoy me siento tan distinto a ayer que no me reconozco.
Ayer hubiera firmado cualquier cosa, hasta mi acta de defunción o quizá una de matrimonio, que es algo peor, y para colmo, ni siquiera pude concentrarme en una canción de pronta entrega.
Me trepé a vivir en un coctel de varios ingredientes grises entre los que se mezclaron la depresión, la necesidad y el abandono de mi mismo.
Malditos desbalances químicos que a veces hacen presa mi alma.
Hoy estoy tan equilibrado como puedo estar o por lo menos estoy desequilibradamente estable y con ganas de escuchar a la cajas de ritmo sonar.
Hoy quiero terminar esa maldita canción. Ya ha empezado a sonar: pum, pum, tiss...

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