charquito-mensaje:
Desafortunadamente no podré asistir este viernes a la cervecería Tijuana a cumplir con mi promesa de comprarte una cerveza oscura (y ya en plan derrochador, hasta dos).
Ando con los días de trabajo a tope y el señor Yépez ya me está amenazando con venir a mi casa esa misma tarde con un vato de los lenguaje poets que se llama Bruce Andrews y que la verdad nunca he leído, pero se que dicen que es muy bueno y que además me quiere conocer. Cosa que no entiendo bien por qué. Ha de ser porque no soy escritor, sino músico, y es bien sabido que somos gente menos problemática, menos conflictiva y más amable que los susodichos.
La verdad, tampoco se si pueda reunirme con ellos el viernes. En eso ando, ajustando sesiones de trabajo.
Te he de confesar que respeto mucho la elección de juntarse varios a leerse textos, pero a mi nunca me han gustado las lecturas en voz alta. Concibo a la lectura como un acto íntimo y personal, un tanto cuanto egoísta.
Si algún día la vista me fallara, ya le pediré a mis hijos, a mis nietos (si los hay) o a mi joven esposa, que me lean, pero por ahora prefiero hacerlo a solas y en privado.
También debo de confesar que eso de ir a leer a una cantina o algo parecido, como lo es la Cervecería Tijuana, se me hace tan exótico como ir a bailar a un velorio.
De todos modos reitero mi ofrecimiento de esas cervezas oscuras en el futuro cercano...
PS: última confesión, me hubiera gustado poder conocer a varios de los blogueros que se juntarán en la cervecería Tijuana el viernes, pero sin literatura. Simplemente por el placer de reunirnos y vernos las caras.
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